domingo, 9 de noviembre de 2025

VII Vuelta a la Sierra del Segura en Vespa. 2ª parte

 Hola de nuevo.

Pues ya estoy rematando la narración de lo que posiblemente ser uno de los mejores eventos vespísticos que se pueden realizar a lo largo del año, la Vuelta a la Sierra del Segura en Vespa (y Lambretta).

La Sierra desde Casas de Haches, reservándonos carreteras sinuosas, paisajes sorprendentes, subidas y bajadas continuas que pronto tendremos que recorrer.

La primera parada es en Ayna, conocida como la Suiza manchega, sorprendente con sus abruptos paisajes arropando al río Mundo y que rompen el pensamiento de Albacete como una tierra llana y sin paisajes quebrados.

Desde el mirador de los infiernos la vista siempre es impresionante.

Vanana se porta fenomenal, fiabilidad, , tranquilidad, comodidad y diversión, van de la mano con esta Vespa, y hacen que el rodar, a pesar de las curvas y las cuestas, transmita mucha emoción y felicidad.

Ya en Moratalla intento subir al castillo, nuestro amigo google maps no se le ocurre otra cosa de sugerirme esas escaleras para subir con la Vespa. No sé cómo se lo habrá tomado, pero no le he hecho caso...

La representación de Vespambreta frente al restaurante, a la espera de que llegue el resto del grupo.

Ya tras la comida salimos escalonadamente hacia Hellín, donde finaliza oficialmente la ruta, aunque a algunos aún les quede un rato para llegar a sus casas. No podemos no parar para hacernos la foto correspondiente, como si ya no tuviéramos ninguna, pero hay que dar fe, y siempre viene bien una paradita después de tanto bache.

El túnel del embalse del Cenajo que conecta la presa con la carretera a través de la propia montaña. 

Y ya un rato antes de llegar a casa, en ruta, el sol se pone y nos permite ver el arrebol al reflejar sus últimos rayos en las nubes que hay por encima y nos permiten ver el rastro que va dejando como recuerdo del buen día que nos ha brindado.

Hoy ha sido un día algo fresco, sin viento, sin lluvia, igual que ayer, a pesar de las previsiones; hemos tenido un fin de semana perfecto para rodar, si a eso le sumamos el paisaje y todo lo que nos ofrece la Sierra del Segura, más la compañía de los buenos amigos que forman este gran grupo, el resultado es uno de los mejores fines de semana que uno pasa en el año. Gracias a todos, por la ayuda, por los consejos, por las risas, por las sobremesas, por la herramienta, en fin, por todo lo que dais y engrandece esta Vuelta a la Sierra del Segura. Y gracias especialmente a La Oveja Negra Scooter Club.

Hasta la próxima.


sábado, 8 de noviembre de 2025

VII Vuelta a la Sierra del Segura en Vespa. 1a parte.

Pues aquí estamos de nuevo. Con los amigos de La Oveja Negra Scooter Club, que organizan otra vez la grandiosa vuelta a la Sierra del Segura; 500 kilómetros de curvas, carreteras de montaña, puertos, pinares, asfaltos rotos, paisajes impresionantes y lugares insospechados a los que el otoño da una pátina preciosa. Vamos a empezar.
El viernes por la noche muchas de las motos ya estaban preparadas en la sede de la Oveja Negra, listas para salir a la mañana siguiente.
Tras un cafelito y un trozo de bizcocho salimos para Letur, 55 kilómetros, y ya allí tenemos los primeros contratiempos (bueno, si no contamos que la noche del viernes salí a ayudar a Juan que se había quedado en Isso...)
La Lambretta de Gustavo, mal que bien se le pudo ajustar el carburador...
Y la Dulcinea de Morote, que en un principio parecía que iba a funcionar, pero no, al rato se fue para Albacete y luego acudio al hotel por la noche (mientras escribo lo tengo a mi lado). 
Seguimos marcha, ya con retraso con respecto al grupo principal, hacia Yeste y Las Juntas.
En Yeste.
Parolix.
Embalse de Anchuricas. Conducir la Vespa por estas carreteras es un auténtico placer, pero tomarse la molestia de parar, ofrece la posibilidad de encontrar rincones preciosos.
Pues antes de llegar a Siles, tenemos otra avería. La Vespa de Ramales dice basta, así que tiene que llamar a la grúa...
A Siles llegamos cuando ya han terminado casi todos de comer, pero ya salimos algo más agrupados.
Camino de Riópar.
Puerto de Crucetillas.


Finalmente llegamos a Casa de Haches, donde podemos descansar un poco antes de la cena.
Luego seguiré contando.