domingo, 3 de febrero de 2019

Pingüinada 2019. 2ª jornada, fin.

Saludos de nuevo. Aquí me hallo para dar conclusión al relato de lo acontecido en la Pingüinada 2019 que anualmente organiza Vespambretta.

Tras un merecido descanso, que no fue tal, nos disponemos a iniciar la ruta hacia Benagéver, al embalse. Y lo de no ser tal, me refiero a lo de descanso, pues toda la noche estuvimos oyendo el viento golpeando las persianas de nuestras habitaciones, haciéndonos pensar lo que nos esperaría hoy en cuanto a viento se refiere.

Con ganas de rodar cogemos la sinuosa carretera y ya podemos darnos cuenta del aire que corre y del frío que hace, las laderas y los pinos nos tapan a veces el aire, pero el frío se deja sentir.

La carretera está muy bien, si acaso algo sucia en algunos tramos con hojas de pino, piñas y alguna rama que el viento ha tirado, pero con cuidado, rodar es un placer.

Otro reagrupamiento, y es que esta vez no tenemos claro hacia dónde tenemos que ir...

Y mientras el grupo decide, yo me hago un retrato con Vespambretta al fondo.

Y aquí llegamos tras una carretera muy bonita en la que hemos tenido que ir muy concentrados, pero disfrutando. El embalse de Benagéber se conoce también como "del Generalísimo" por Francisco Franco, que fue quien lo inauguró, si bien, fue incluído en el Plan de Obras Hidráulicas de 1912 y su construcción se aprobó en 1931 y en 1933, durante la segunda República, comenzaron las obras del "embalse de Blasco Ibáñez"; obras que terminaron en 1955, año en  que cambió de nombre. Tiene una presa de gravedad de 110 metros y una potencia instalada de 19 MW, además sirve como reserva de agua para riego y es escenario de múltiples actividades al aire libre y refugio para especies de fauna y flora. Además de todo eso, el paisaje circundante es impresionante, incluso presentando una de sus orillas sin vegetación arbolada perdida en un incendio hace unos años.

Al lado de la presa se puede ver una enorme estructura que corresponde a la fábrica de cemento para la construcción de la presa.

Aguas abajo hacia levante. Unas escaleras se adaptan al quebrado terreno para bajar al fondo.

Otra vista desde arriba, ahora dando el sol en la carretera.

Después de un rato de subida se corona un pequeño puerto 

El aire sopla con fuerza aquí arriba.

Ya llevamos un rato largo, incluso hemos almorzado, y dejamos atrás, Utiel, Requena, tierras de Valencia que tanto hemos disfrutado a pesar del viento y el frío.

Y ya estamos subiendo hacia Casas Ibáñez, donde pararemos a comer, aunque algo tarde.

Última parada, para comer, antes de llegar a casa y poder descansar.

Como siempre, hemos disfrutado muchísimo, no ha habido ningún problema técnico ni de otro tipo, el clima entre el grupo es buenísimo, lo que nos anima a seguir saliendo y hacer zumbar nuestros vesperiles motores.

Saludos y gracias a todos.

Pingüinada 2019. 1ª jornada, inicio.

Otro año más, el Club Scooter Clásico Vespambretta organiza su Pingüinada, en lo más frío del invierno. Esta vez llegaremos hasta el embalse de Benagéber, en la provincia de Valencia. No hay previsión de lluvia, pero las rachas de viento esperadas están entre los 70 y los 100 km por hora. Las temperaturas oscilarán entre los -3° y 7°C. así que venga, para allá que nos vamos.

Nos reunimos como tantas otras veces en el Bar Vespa, punto de encuentro para charlar, reunirnos de vez en cuando y salir a rutear los domingos. Las Vespas revisadas, llenos los depósitos y los equipajes colocados con cuidado. Estrenamos bufanda para los escudos de las Vespas, sin fecha, para poder usarlos en futuros eventos.

No hace demasiado frío, lo que hace que nos confiemos un poco antes de salir.

La primera parada la hacemos en Cenizate, y ya hemos comprobado que sí, hace frío, el sol, aunque no calienta casi nada, y menos con la Vespa en marcha se agradece. 

PArece que llegamos algo tarde para el sorteo de 15 Vespas que hizo el coñac Decano en ¡1955!

La torre de la iglesia. Las Vespas aparcadas arrancan los comentarios de la gente mayor del pueblo que las ve, y cuentan quién tenía este o aquel modelo, también es frecuente que se nombre a la Lambretta, pudiendo comprobar que la rivalidad ya viene desde entonces. 

A medio camino hacia Utiel atravesamos una finca particular con servidumbre de paso y podemos ver los surtidores que tienen para su uso particular, que ya tienen algunos años, pero parece siguen funcionando.

El camino discurre por montaña, el firme ha visto tiempos mejores, lo que nos hace ir con cuidado, incluso en algunos sitios tenemos que atravesar algún curso de agua.

La puerta de la finca por la que salimos para seguir camino hacia nuestro destino. 

Uno de los reagrupamientos en plena ruta para no perder a nadie. 

Iglesia de Venta del Moro, donde nos detuvimos a tomar un refrigerio antes de continuar.

Bonitos colores, bonitas máquinas.

Llegamos a Utiel a la hora de comer, y tras un breve descanso salimos a hacer una visita a las bodegas subterráneas visitables. 
Utiel se establece en el siglo XIII como fortaleza musulmana, y cuenta con una alcazaba, casas y muralla defensiva, en años posteriores, para facilitar la defensa y el movimiento de soldados, el enclave es horadado bajo superficie para hacer túneles que sirvieran de comunicación, almacenamiento y refugio según las necesidades. En años posteriores estos túneles caen en desuso. Entrado ya el siglo XVII se inicia la producción de vino, y se empieza a aprovechar los túneles defensivos medievales para situar las bodegas, debido a las condiciones ideales para mantener el vino. El túnel se fue compartimentando y aprovechando por las familias que vivían en la parte superior. en estas cámaras se situaban tinajas que almacenaran el vino para consumo propio o venta. Aquí podemos ver ejemplos de tinajas utielanas.

Avanzado el siglo XVIII la producción de vino en Utiel llega a ser tan grande que es considerada la bodega de España, un ejemplo de este crecimiento es el hecho de que se tuvo que recurrir a tinajeros de otras poblaciones para cubrir la demanda, en la siguiente fotografía se pueden ver tinajas construídas por maestros tinajeros de Villarrobledo, población de la provincia de Albacete a 144 km de distancia.

Con la aparición del ferrocarril, todas estas bodegas familiares entraron en declive, al situarse las nuevas cerca de las vías. Los ejemplos de bodegas que hemos podido visitar han sido abiertas recientemente tras un largo proceso de restauración y consolidación. En la fotografía se puede ver una tinaja Utielana reparada con lañas.

De paseo por Utiel encontramos esta curiosidad también del pasado, luces de decoración con bombillas incandescentes, ahora que todo es con LEDs, se ven muy antiguas, y no hace tanto, la verdad.

Una calle de Utiel, un evocador rincón.

No podemos pasar por aquí sin hacer al menos una cata de vino.

Vespambretta, una merecida charla con una copita de vino.

Por un fantástico día de ruta. Salud.

Mañana más.